En el año 2003 a través de un extraño anuncio en eBay, internautas de todo el mundo contemplan por primera vez la misteriosa caja dybbuk. El anuncio había sido colocado por Kevin Mannis, propietario de una pequeña tienda de antigüedades y restauración de Portland, Oregon. El anuncio, que iba acompañado de fotografías, ponía en venta una caja de madera para guardar vinos. El anuncio decía que la caja estaba hechizada y que esta contenía algo invisible y siniestro: un dybbuk.
Pero… ¿Qué es un dybbuk?
El filólogo e historiador experto en Cábala Gershom Scholem, señala que la palabra dybbuk procede de una raíz que significa adherirse o aferrarse, así que se puede traducir como “el que se adhiere”. La palabra dybbuk aparece en el siglo XVII en textos de los judíos asquenazíes de Polonia y Alemania.
En la tradición hebrea un dybbuk es un espíritu descarnado. Se trata del alma en pena de una persona que en vida cometió actos tan atroces que ni en la Gehenna (el infierno judío) podía ser admitido. Tampoco le está permitida la transmigración. Se cree también que se trata de la sombra de alguien que murió con la obsesión de satisfacer algo que no pudo hacer en vida. Entonces vaga en este mundo buscando a un ser vivo al cual aferrarse y poder poseer para así lograr lo que en vida no pudo, o para intentar evadir el castigo divino. La persona que será poseída por el dybbuk tiene que ser alguien que tenga afinidades a este y pueda satisfacer su deseo. El espíritu solamente abandonará el cuerpo cuando cumpla con su objetivo o cuando sea expulsado a través de un exorcismo.
El exorcismo solo pueden hacerlo un Ba’alei Shem o Señor del Nombre, un maestro que domina la ciencia secreta de la Cábala. Él es capaz de realizar prodigios, curaciones y exorcismos utilizando su conocimiento de los nombres secretos de Dios. También puede efectuar el rito un Hasidim, que es un rabino muy respetado en su comunidad y es tomado como un Santo por sus conocimientos y poderes taumatúrgicos.
El exorcismo judío
El exorcismo de un dybbuk se centra en el concepto del tikkun o restauración. Se debe enviar al espíritu a la Gehenna o permitírsele la transmigración, es decir, renacer en otra criatura, para que continúe su camino.
El exorcista se reunirá con diez hombres justos y con la entereza suficiente para soportar la ceremonia, a ser posible en una sinagoga. Estos hombres forman un círculo de protección alrededor del poseído y recitan tres veces el salmo 91. Mientras el exorcista toca ciertas notas con el shofar (cuerno ritual) para llamar la atención del dybbuk y que este se separe del cuerpo de la víctima.
Una vez establecido el contacto con el espíritu, se le pregunta su nombre y la razón por la que ha poseído a la persona; teniendo el nombre se le puede ordenar que abandone a su víctima y se le indica que debe hacer para alcanzar su salvación.
Se cree que al exorcista lo apoya un Maguid, que es un Ibur, es decir un espíritu bondadoso, tan elevado que ya no necesita reencarnarse. Puede incorporarse al espíritu de un vivo para guiarle, acompañarle o revelarle conocimientos. El Ibur estará con una persona temporalmente hasta que cumpla su objetivo en la Tierra.
En una variante del rito, el exorcista porta una vela blanca y un frasco y tras obligar a la entidad a que revele su nombre, se le obliga a introducirse en el frasco. ¿Fue esta misteriosa caja utilizada en un ritual judío para aprisionar a un espíritu perverso?
Una caja con un extraño contenido
Hablamos de una caja para contener vinos, hecha en madera y cuyas medidas son 31,75 x 19,05 x 41,27 cm. En su interior se encontraban un mechón de pelo castaño y uno de pelo rubio atados, un capullo de rosa seco, una copa de oro, dos monedas estadounidenses de un centavo, una de 1925 y la otra de 1928, un candelabro de hierro negro con unas extrañas patas que asemejan tentáculos de pulpo y una pequeña losa de granito que tenía grabada en letras rojas la palabra Shalom (paz).
En la parte de atrás de la caja está escrito en hebreo: “Shemá Yisrael, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad” (¡Escucha, oh, Israel! El Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno). Esta oración es el Shemá, plegaria judía que se recita en momentos de gran tribulación y en las oraciones de la madrugada y de la tarde.
Kevin Mannis compra la Caja Dybbuk
En su anuncio Mannis relataba la historia de cómo adquirió la caja y los sucesos que acontecieron a partir de ese momento. En 2001, en su ciudad Portaland, Kevin acudió a una venta de objetos que una mujer de origen judío fallecida a los 103 años había heredado a su nieta. La vendedora explicó a los asistentes que su abuela era una judía polaca que fue enviada junto a toda su familia a un campo de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial. En el campo fallecieron sus padres, sus hermanos, su hermana, su marido, sus hijos y su hija.
La mujer junto con algunos prisioneros consigue escapar y llegar a España, donde al parecer adquiere la caja dybbuk. En 1945, cuando finaliza la guerra, emigra a Estados Unidos llevando como únicas pertenencias un baúl, una cajita de costura y la enigmática caja.
Al terminar la venta, la vendedora se acercó a Mannis y le dijo “Veo que tienes la caja dybbuk”. Mannis le preguntó qué era eso y ella le explicó que era así como llamaba su abuela al extraño objeto. Le contó que cuando ella era pequeña su abuela guardaba la caja en su cuarto de costura, lejos del alcance de todos.
La historia de la caja Dybbuk
En una ocasión, preguntó a su abuela qué contenía la caja, la mujer escupió tres veces entre sus dedos y le dijo que un dybbuk y keselim. En muchas culturas escupir es una manera de conjurar el mal. También le advirtió que la caja jamás debía ser abierta y le pidió que al fallecer se la enterrase junto a este objeto. No se cumplió su voluntad, puesto que era contrario a las leyes que rigen los enterramientos judíos.
Tras escuchar el relato, Mannis le preguntó si deseaba que abriese la caja, ella se negó argumentando que no quería contrariar a su abuela. Kevin creyó que se trataba entonces de una reliquia familiar muy importante y se ofreció a devolvérsela, la mujer se negó. Mannis volvió a insistir y ella molesta alzando la voz le dijo que no y que un trato era un trato, fue en ese momento en que él se percató que la mujer deseaba deshacerse de ese objeto. Kevin intentó hablar de nuevo, pero ella interrumpiéndole le dijo: ¡No la quiero!, se echó a llorar, pidió que la dejara sola y se alejó.
Comienza el horror
Al terminar la venta Mannis regresó a su negocio de restauración de muebles y dejó la caja en el taller para posteriormente arreglarla y pintarla para obsequiársela a su madre. Él marchó a hacer unos recados y media hora más tarde la chica que le ayudaba en la tienda le llama al móvil. Ella estaba histérica, le dijo que había alguien en el taller, que el intruso cerró las puertas de seguridad y la salida de emergencia y que estaba atrapada en la tienda. Kevin quiso decirle que llamara a la policía, pero en ese momento su móvil se quedó sin batería.
Asustado, Kevin regresa a la tienda, allí estaba su empleada, acurrucada en un rincón, llorando aterrada e histérica. Inmediatamente, él bajó al sótano, donde un intenso y desagradable olor a orín de gato impregnaba el ambiente. Las luces no funcionaban pero notó que allí no había nadie y no había otra salida. Más tarde comprobó que las nueve bombillas del techo del sótano y los diez tubos fluorescentes de luz de la sala habían estallado. Seguramente ese era el ruido de cristales rotos que escuchó su empleada, quien ya no estaba cuando Mannis volvió arriba. La mujer jamás regresó a la tienda tras casi dos años de estar trabajando allí, tampoco habló sobre el incidente.
La primera tragedia
Dos semanas después, con intención de restaurar la caja dybbuk, Mannis la abrió y vio su extraño contenido. Le sorprendió el mecanismo de apertura que al abrir una de las puertas se abrían automáticamente las dos delanteras y el cajón inferior. Decidió que solo la limpiaría y la frotaría con aceite de limón. La madre de Mannis cumplía años el 28 de octubre, pero se fue de viaje y hasta el día 31, cuando ella le visitó en el local fue cuando pudo regalarle la caja. Antes de irse a almorzar, Kevin dejó a su madre examinando su regalo mientras iba a hacer una llamada. Cinco minutos después un empleado fue corriendo a buscarle, muy asustado a decirle que a su madre le había ocurrido algo. Mannis regresó a toda prisa y encontró a la mujer sentada con el rostro inexpresivo y lágrimas en los ojos.
A toda prisa una ambulancia la llevó al hospital, había sufrido un derrame cerebral y una parálisis facial con pérdida del habla, que recuperó más adelante. Mientras no podía hablar, se comunicaba a través de un tablero con las letras del alfabeto. Mannis le preguntó qué había ocurrido aquel día y ella compuso en el tablero las palabras No Gift (no regalo). Kevin creyó que la mujer le reprochaba que no había tenido obsequio de cumpleaños y le explicó que su regalo era la caja. Entonces ella compuso en la pizarra las palabras Hate Gift (odio regalo).
La caja Dybbuk cambia de manos
Mannis obsequió la caja a su hermana, pero ella se la devolvió una semana después argumentando que le era imposible cerrarla, él revisó el cierre y no encontró nada extraño. Obsequió la caja a su hermano, este también se la devolvió a los tres días, puesto que a su esposa le olía a orín de gato, aunque él percibía un aroma a jazmín.
Por último Mannis regaló la caja a su novia, quien a los dos días la vendió a una pareja de mediana edad. Tres días después de la venta, Kevin encontró la caja en la puerta de su negocio con una nota que decía que aquel objeto contenía una “maligna oscuridad”, así que se la llevó a casa.
Horribles pesadillas
Desde ese momento, Mannis comenzó a tener una pesadilla recurrente en la que se veía a sí mismo caminando con algún amigo o ser querido y de repente este le miraba a los ojos y en ese momento él se daba cuenta de que no estaba con la persona que creía estar. Quien le miraba era una horrible anciana, de aspecto demoniaco e inmediatamente empezaba a golpearle. Mannis confesó que se despertaba con moratones en los sitios en los que la demoníaca anciana le asestaba golpes.
Kevin aún no relacionaba todos estos acontecimientos con la caja dybbuk, hasta que un mes antes de escribir el anuncio en eBay le visitan su hermana, su hermano y la esposa de este. Se quedan a dormir en su casa. A la mañana siguiente la hermana se queja de haber tenido la misma pesadilla horrible que había tenido en otras ocasiones. Al contar el sueño, los cuatro se percataron de que soñaban con la misma terrorífica anciana. A sus hermanos les aquejaba esa pesadilla cuando la caja estuvo en sus casas.
Mannis decide deshacerse de la Caja Dybbuk
A partir de ese momento Mannis y personas que le visitaron veían sombras con el rabillo del ojo, así que empezó a relacionar los sucesos a la caja dybbuk. Sacó el objeto de su casa y lo metió en la caseta que fungía de trastero. En la noche la alarma de humos saltó y Mannis fue a ver que se estaba quemando, pero no había fuego ni humo, solo un desagradable olor a orín de gato. Volvió a su casa, pero ahora era en la vivienda donde el desagradable olor impregnaba el ambiente.
Ya en casa se puso a buscar información en internet pero se quedó dormido y a las 4:30 despertó sintiendo la respiración de alguien sobre su cuello. Había tenido otra vez la misma pesadilla con la anciana. Al despertarse vio una enorme sombra atravesando el pasillo mientras la casa olía a jazmín.
Mannis concluía su anuncio diciendo que estaba aterrado, que le pasó por la cabeza destruir el objeto, pero no lo hizo por temor a que la sombra demoníaca se quedara en su casa. Puso el anuncio en eBay porque sabía que había gente buscando estos objetos y quizás hubiera alguien que supiera qué hacer con la caja dybbuk.
Aparece un comprador para la Caja Dybbuk
Mannis consiguió vender la caja dybbuk en junio de 2003 a Iosif Nietzke, un joven estudiante de la Universidad Estatal Truman, en Kirksville Missouri. El joven le pagó 140 dólares por la caja.
Nietzke, también puso un anuncio en eBay para venderla, en este relata que partir de la adquisición, empezó a llevar un registro de sucesos extraños que relató así:
“Domingo, 31 de agosto 2003. En la última semana se produjeron algunos hechos interesantes, aunque probablemente sean meras coincidencias; cosas que paso a anotar. En primer lugar, comparto casa con otras seis personas. Hemos hecho turnos para dormir cada uno con la caja en nuestras respectivas habitaciones. Dos personas se quejaron de picor en los ojos, uno está apático y como sin energía, y otro cayó enfermo repentinamente (echando la vista atrás, yo ahora diría que se trataba de algún tipo de alergia. Pocos días después de estas molestias se concentró una gran cantidad de insectos fuera de la casa durante varias horas (un viernes). Ayer por la noche (sábado), descubrimos que la caja, ubicada ahora en una esquina de la parte de atrás de la casa, estaba abierta, a pesar de que la habíamos cerrado y era poco probable que alguien la hubiera tocado.
Miércoles, 10 de septiembre de 2003. Aunque parece imposible probar que la caja sea la causante de ciertas desgracias, lo cierto es que estamos viviendo una racha de mala suerte. La casa está impregnada de olores extraños; la parte de atrás de la casa desborda basura y decadencia. Uno de mis compañeros de piso cogió una bronquitis repentina y yo me rompí un dedo. Varios ratones han aparecido muertos en el motor de uno de los coches, y los aparatos electrónicos van cayendo uno detrás de otro cada día: Xbox, tostadora, televisor y relojes”.
Razones para vender la caja
Por último Nietzke especifica que se negaba a hablar de las cosas que habían sucedido entre septiembre de 2003 y enero de 2004 y especifica que quería vender la caja por las siguientes razones:
- Alrededor del 6 de octubre empecé a sentirme mal y a tener dificultades para dormir. Este problema ha persistido hasta la fecha.
- Ahora vivo solo, y me he dado cuenta de que últimamente he tenido que sustituir una gran cantidad de bombillas quemadas, así como afrontar reparaciones de coche inusuales (el líquido de la transmisión se quemó fuera del depósito).
- He empezado a ver cosas, como grandes manchas oscuras verticales a través de mi visión periférica.
- A menudo huelo a algo como enebro o amoníaco y no tengo ni idea de que puede ser.
- Lo más preocupante es que el pasado martes (27/1/2004) empezó a caérseme el pelo. Hoy (viernes) he perdido la mitad. Tengo veinte años y acabo de recibir del médico los resultados de un análisis de sangre y no tengo nada. Quizá sea estrés; no lo sé.
Nietzke, al igual que Mannis también pensó en deshacerse de la caja dybbuk en los bosques vecinos, pero al final creyó que era mejor ponerla a la venta en eBay en enero de 2004.
Surge otro comprador para la Caja Dybbuk
Nietzke en su anuncio empezaba la puja por un dólar, pero fue adquirida por un valor de 280 dólares. El comprador fue Jason Haxton, director del Museo de Medicina Osteopática de la Universidad A.T. Still de Kirksville, Missouri. Haxton era seguidor del blog de Nietzke y estaba intrigado con la historia de la caja.
Jason Haxton escribió un libro llamado The Dybbuk Box en el que narra sus experiencias con la caja. Relata que en cuanto la adquirió la guardó primero en su oficina en el museo y posteriormente en una furgoneta en el garaje de su casa. Haxton admite que en cuanto se hizo con la caja, empezó a tener problemas de salud: tosía sangre, en su boca tenía un extraño sabor metálico y todo su cuerpo se llenó de ronchas que le producían urticaria. También menciona que percibía olores intensos en ocasiones a jazmín y en otras a orín de gato.
Haxtón consultó a rabinos para tratar de encerrar otra vez al dybbuk en la caja, pero al final realizó un ritual con el que consiguió su objetivo. Una vez encerrado de nuevo el dybbuk aseguró haber escondido la caja y que no revelará su ubicación.
La Caja Dybbuk…. Vuelve a venderse.
En 2004, la periodista freelance Leslie Gornstein publicó un artículo para Los Angeles Times titulado Jinx in a Box. En este describía la historia de la caja y relata que intentó ponerse en contancto con Iosif Nietzke, pero no consiguió dar con él. Las únicas referencias sobre el estudiante están en internet y son las relacionadas a la caja dybbuk, y lo que escribió en eBay. Muchos investigadores suponen que Iosif Nietzke se trata de una identidad falsa.
Después de un tiempo, Jason Haxton vendió la caja, el comprador en esta ocasión fue Zak Baggans. Baggans es un actor, investigador paranormal y presentador del programa Ghost Adventures. Zak es el propietario del Zak Baggans Haunted Museum, un museo de objetos misteriosos ubicado en Las Vegas, donde actualmente reside la caja dybbuk.
La caja está expuesta a la vista de los visitantes cerrada y dentro de una vitrina, pero este museo ofrece la posibilidad de verla abierta. Aquel que desee contemplar el contenido de la caja debe ser mayor de edad y será llevado a una sala privada, donde una vez cerradas las puertas, se le permitirá abrir la caja. Para ver la caja dybbuk abierta es necesario que el visitante firme un contrato de responsabilidad.
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