El Codex Gigas, un fascinante libro medieval. De descomunal tamaño, envuelto en una turbia leyenda y rodeado por un halo de misterio, produce fascinación entre todos aquellos que lo contemplan.
Un monje condenado
Es de noche en la Bohemia medieval de 1230; en el pequeño y humilde monasterio de Podlažice se distingue una tenue luz en una de sus ventanas. Se trata de un monje benedictino, que encerrado en su lóbrega celda e iluminado por una pequeña vela escribe sin descanso. Debe terminar un libro antes del amanecer, su vida depende de ello.
Horas antes había sido condenado a ser emparedado vivo, ya que había cometido un pecado atroz y abominable. Entre llantos y lamentos desesperados suplicó clemencia, pero una falta de tal magnitud solo podía ser expiada con su vida. En un momento de iluminación ofreció a sus superiores escribir un libro tan grande y magnífico que cubriría de gloria al monasterio. En él, recopilaría todo el conocimiento de la humanidad y lo escribiría en tan solo una noche, a cambio de que su vida fuese perdonada.
Quizás movido por la piedad cristiana o quizás por la vanidad y la avaricia, el Abad aceptó la propuesta, aunque sabía que la empresa era imposible. El pecador fue llevado a su celda donde incansable trabajaría hasta el amanecer.
Un pacto a media noche
Llegada la media noche, la mano del religioso quedó entumecida, la espalda le dolía mucho y se percató que era poco el tiempo que le quedaba. La desesperación se apoderó de él y en vez de acogerse a la misericordia de Dios, decidió invocar al demonio. Satanás inmediatamente acudió al llamado y accedió ayudar al hombre, pero a cambio requería un pago. El precio por el trabajo era el alma inmortal del benedictino y además, el libro debería llevar la firma de su verdadero autor.
Sin pensar en las consecuencias, el desesperado pecador accedió a las condiciones y el demonio a toda velocidad escribió el libro. Un manuscrito de enormes proporciones que en su interior albergaba todo el conocimiento de la humanidad y la firma de su autor en su interior. Por ello puede verse un enorme dibujo del demonio que ocupa entera una de las páginas. Y así fue como surgió el libro más sorprendente de la humanidad: el Codex Gigas… eso es lo que dice la vieja leyenda.
El Codex Gigas vive entre monasterios
Tras su creación, el Codex Gigas permaneció en el monasterio de Podlažice durante décadas. Era custodiado por los benedictinos, conocidos como los monjes negros por el color de sus hábitos. La fama de este descomunal y misterioso libro ya se había extendido por muchos rincones de Europa, pero esto no impidió que la orden cayera en severas dificultades económicas.
Hacia el año 1295, el Abad de Podlažice, tratando de solventar la crisis financiera, decide vender el Codex Gigas. El libro es adquirido por los llamados monjes blancos, la orden cisterciense del monasterio de Sedlec, a las afueras de Praga. Era uno de los monasterios más importantes, debido a que su cementerio estaba cubierto con tierra del monte donde fue crucificado Jesús, el Gólgota. Dicha tierra fue traída por el Abad al regresar del viaje a Tierra Santa al que el rey de Bohemia, Ottokar II le había enviado en 1278. Al ser considerado un lugar santo, los aristócratas de la época deseaban establecer su última morada en dicho camposanto.
Sin embargo, para el monasterio de Sedlec también vinieron tiempos difíciles. Tras la epidemia de Peste Negra y las Guerras Husitas la capilla de los cistercienses se vio rebosada de cadáveres. Así que decidieron utilizar los huesos como parte de la decoración del recinto, incluso formando lámparas y columnas. Por ello, a partir del siglo XV el lugar sería conocido como el osario de Sedlec o la capilla de los huesos.
El monasterio quedó en la ruina y la superstición se hizo presente. Los problemas que enfrentaban los monjes fueron achacados al Codex Gigas, que se lo consideró maldito. Por esta razón es devuelto a su lugar de origen, donde permanecería desde 1500 hasta 1594.
El Codex Gigas llega a la corte del Sacro Imperio
Rodolfo II, hijo del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Maximiliano II, tenía una gran afición por la alquimia, la magia, la astrología y las ciencias ocultas. Prueba de ello fue que solicitó al vidente Michel de Nôtre-Dame, mejor conocido como Nostradamus, que le elaborase un horóscopo. En este, el profeta vaticinaba la muerte de su padre y su ascenso al trono.
Rodolfo es coronado como emperador en 1576, sin embargo, sus aficiones no disminuyeron, por el contrario fueron en aumento, llegando a albergar en la corte a magos y alquimistas. Era un hombre cuya personalidad tendía a la depresión y a la melancolía. En el Palacio Real de Hradcanyn poseía una enorme colección de libros relacionados con la alquimia, las ciencias naturales y la magia, entre los que se encontraba el manuscrito Voynich.
Conocedor de la fama del Codex Gigas, se empeñó en poseerlo. Para ello, se ocupó de obsequiar a los monjes del monasterio de Podlažice con todo tipo de prebendas y favores. Finalmente consiguió que el Abad le obsequiara el libro, y contrata a expertos para traducirlo.
Con el paso del tiempo, el emperador se volvió más taciturno, inestable y antisocial. Permanecía recluido durante largas temporadas, obsesionado con la magia y la alquimia y descuidando sus obligaciones con el Sacro Imperio. Además, había contraído sífilis, lo que le ocasionaba fuertes dolores y padecimientos que iban haciendo mella en su personalidad y su físico.
Mientras tanto, el Imperio se desangraba en una fuerte crisis económica y las tensiones políticas y religiosas iban en aumento. Ante esta perspectiva, la familia real decide presionar a Rodolfo para que entregue el trono a su hermano Matías de Habsburgo. Rodolfo murió sin esposa ni herederos, y muchos atribuían las vicisitudes de su vida al Códice, cuya leyenda de maldito cobraba más fuerza.
El Codex Gigas llega a Suecia
El reinado de Rodolfo II fue el preludio del terrible conflicto conocido como La Guerra de los Treinta Años. Entre las potencias que resultarían vencedoras de la guerra se encontraba Suecia. Las tropas suecas saquearon el Palacio de Hradcanyn en Praga y se llevaron la valiosa colección de piedras preciosas, joyas, porcelanas, relojes y libros que habían pertenecido a Rodolfo. El botín confiscado, que incluía al Codex Gigas, fue entregado a la reina Cristina de Suecia.
La colección de arte que poseía la reina se vio enriquecida con el botín obtenido. El Codex pasó a formar parte de la Biblioteca Real del Palacio de las Tres Coronas de la familia real sueca. Bajo el impulso de Cristina, Suecia llegó a convertirse en un centro de atracción para intelectuales de toda Europa. Pero en 1654, la reina decide abdicar para convertirse al catolicismo y establecerse en Roma. Se llevó consigo la mayor parte de las obras de arte, excepto la biblia del diablo.
Casi cincuenta años después, el 7 de mayo de 1697, un fuerte incendio arrasa con el Palacio de las Tres Coronas. El Codex Gigas consigue salvarse gracias a que un sirviente lo rescata del fuego para arrojarlo por una ventana. El Palacio fue reconstruido y desde entonces hasta la fecha el Codex ha permanecido en Suecia formando parte de la colección de la Real Biblioteca Nacional.
Durante el Siglo XVI, el Codex Gigas fue utilizado como álbum amicorum, una especie de libro de visitas, en el que diversas personalidades de la época escribieron sus nombres. Entre los que firmaron el libro se encontraban eclesiásticos de Praga y Silesia y Christopher Schlichtig, médico del príncipe Guillermo V de Bavaria y adepto de Paracelso.
Acerca del Codex Gigas
Con el número de catálogo A 148, el Codex Gigas, que se traduce del latín como libro grande, se encuentra actualmente en la Real Biblioteca Nacional de Suecia. Mide 92 centímetros de alto, 50 centímetros de ancho y pesa 75 kilos. Lo conforman 310 hojas, lo que resulta en 620 páginas, que alcanzan un grosor de 22 centímetros. Se trata del libro manuscrito más grande que ha llegado hasta nuestros días. Muchos estudiosos piensan que fueron necesarias las pieles de 160 terneras para elaborar las hojas de vitela.
El Codex Gigas está conformado por varios textos, el primero de ellos es la Biblia basada en la Vulgata, sin embargo no incluye el Libro de los Apóstoles ni el Apocalipsis. También cuenta con dos textos del historiador judío Flavio Josefo: Antiguedades de los judíos y la guerra de los judíos. Se encuentran también las Enciclopedias Etymologiae de Isidoro de Sevilla.
En el códice se incluyeron ocho tratados médicos, los cinco primeros bajo el nombre de Ars Medicinae, utilizados por alumnos de la escuela de Salemo. Los tres últimos son tratados de medicina práctica escritos por el benedictino Constantino el Africano. Otro de los textos más extensos es la Chronica Boemorum escrita por Cosmas de Praga.
Una nota acerca de la cesión del Codex Gigas al monasterio de Sedlec hace mención a una obra que contenía el libro y cuyas páginas fueron arrancadas. Se trataba de la Regla Monachorum de San Benito de Nursia. Posteriormente llegó a saberse que más hojas fueron arrancadas.
Una misteriosa confesión
El texto más significativo que contiene el Codex Gigas constituye una obra que habla acerca de la penitencia y la confesión de los pecados. Basada en la confesión de los pecados de un clérigo anónimo que admite sus debilidades y deslices de pensamiento, palabra y acción.
En esta confesión pueden encontrarse frases invocatorias dirigidas a Dios, a Jesús, a los ángeles, a los patriarcas de la Iglesia, los profetas, los apóstoles y varios santos. Prosigue con una larga enumeración de los pecados cometidos por el clérigo contra su condición y la abstención sexual.
Prosigue con la exposición de los siete pecados capitales y sus ramificaciones según la tradición de Gregorio el Grande y concluye con una plegaria de arrepentimiento.
Exorcismos, conjuros y un calendario
En las páginas posteriores al retrato del diablo, quizás como protección contra su perversa influencia, se detalla una serie de instrucciones para expulsar espíritus malignos. Según las creencias medievales, eran estas presencias las responsables de provocar enfermedades. Se trata de un breve trabajo de exorcismos basado en tres conjuros y dos encantamientos o fórmulas mágicas.
La función de los conjuros era restituir la salud del afectado y ahuyentar el mal. El primero era destinado a combatir las enfermedades súbitas y al demonio que las provocaba. Los dos siguientes son destinados a enfermos febriles, en los que se invoca a las siete hermanas de Satanás: Ilia, Restilia, Fogalia, Suffogalia, Affrica, Ionea e Ignea. Las fórmulas mágicas proscriben como atrapara a un ladrón ya sea con la ayuda de un médium virgen o través de una visión en sueños.
En las últimas páginas se encuentra un calendario que contiene un listado de Santos y esquelas de personalidades de Bohemia. Todas están fijadas en los días de su conmemoración, le precede una lista de nombres, que probablemente se tratasen de benefactores del monasterio de Podlažice.
Llama la atención de los expertos la referencia ubicada en el 10 de noviembre, que menciona a un misterioso Hermannus monachus inclusus. Los investigadores han interpretado esta referencia como Germán el monje. Piensan que el término inclusus hace referencia a su estado de reclusión o clausura.
El diablo y la ciudad de Jerusalén
En el Codex Gigas existen dos dibujos que ocupan por completo una página cada uno. En el folio 289, es encuentra la representación de la Ciudad de Dios o Jerusalén Celestial. El dibujo es la representación dada por San Agustín en el siglo V en su obra De Civitate. La ciudad es representada verticalmente en diez pisos o hileras superpuestas. En cada una se plasman edificios, torres y algunos árboles.
El folio 290 es ocupado en casi su totalidad por la figura del demonio sobre un fondo vacío y que parece estar encerrado entre las columnas. Esta representado con una grotesca forma que combina animal y humano. En la cabeza pueden verse dos cuernos y un rostro verdoso y escamado. De la boca sale una lengua de apariencia viperina. Las extremidades de su cuerpo están rematadas en garras de cuatro dedos. Cubre su cuerpo, a modo de saya, una piel de armiño, lo que denota su rango de príncipe de las tinieblas.
El Misterio aún continua
National Geographic reúne a un equipo de especialistas en Estocolmo para la realización de su documental La biblia del diablo. El onbjetivo era tratar de obtener alguna respuesta en torno a los enigmas que envuelven este misterioso libro. Tras un arduo trabajo llegaron a la conclusión de que el libro fue escrito por una sola persona y que pudo haber tardado entre 20 y 30 años en concretarlo. También pudieron determinar que el amanuense era un autodidacta, lo cual lo convertía en una especie de aficionado.
También pudieron determinar que la razón por la que la página del diablo y las que están a su alrededor presentan unas extrañas sombras y un oscurecimiento. Llegaron a la conclusión a que esto fue provocado por la constante exposición a la luz solar.
Aún así, el libro sigue envuelto en misterios, ¿qué motivó al autor a escribir una obra de semejantes dimensiones? ¿Se trataba de un monje que buscaba expiar sus pecados a través de la escritura de una gran obra? Acerca de las páginas faltantes ¿qué contenían? ¿Quién las arrancó y por qué? ¿Qué ocurrió con ellas? Quizás nunca sepamos las respuestas ante tantas interrogantes, sin embargo, el Codex Gigas estará siempre ejerciendo su misterioso influjo en aquellos que ,lo contemplan.