Una noche cualquiera un extraño individuo caminaba desprevenidamente por las vías ferroviarias en Santiago de Compostela. El convoy no pudo detenerse a tiempo y el hombre sufrió un mortal accidente. Un horrible acontecimiento que se quedó grabado en las pupilas de los maquinistas de RENFE. Un sujeto que no pudo ser identificado y del que nada se supo. Acompañadme para conocer la historia del Caminante de Boisaca.
Una fatídica noche
La noche del 5 de mayo de 1988, el expreso Rías Altas se puso en marcha desde la estación de Santiago de Compostela con rumbo a Madrid. Para los maquinistas José Aira Martínez y Carlos Castro el trayecto era de sobra conocido. El periodista Iker Jiménez relata los detalles en su libro Enigmas sin Resolver I cuya primera edición fue en 1999. El tren había ingresado en los boscosos parajes de San Lázaro y se encontraba a unos 6 kilómetros de la capital gallega. Según recoge el expediente oficial, cerca de las once, al tomar la curva cercana al Puente de Paredes, una extraña silueta surgió de la nada. Aparentemente caminaba de espaldas al convoy y con los brazos en cruz. Alertados, los maquinistas activaron las señales acústicas, pero fue en vano, aquel sujeto no se movió. En el último instante giró la cabeza para observar la gigantesca máquina que terminaría con su vida.
A unos cien metros más adelante los maquinistas pudieron detener el tren y Aira Martínez bajó de la cabina con la vaga esperanza de auxiliar al accidentado. Sin embargo, la escena que tenía ante sus ojos era dantesca: en los raíles estaba el cuerpo seccionado en dos por el abdomen con múltiples amputaciones y deformidades. Las facciones de su rostro mostraban lo que parecía un último y escalofriante grito de dolor.
Inmediatamente llamaron al jefe de estación de Santiago de Compostela, Luis Vázquez Graña para que diera aviso a la policía. Pocos minutos después, las autoridades se personaron en el lugar de los hechos para proceder con las labores correspondientes. Este sería el inicio de lo que con el tiempo llegaría a convertirse en un autentico Expediente X. El expediente que sería conocido como el “Caminante de Boisaca.”
La inspección ocular
La inspección ocular arrojó los siguientes datos:
El cadáver correspondía a un varón de aproximadamente 1,65 metros de estatura. De raza blanca y complexión normal. Con ojos marrones y cabello negro, corto y liso. Sus orejas se mostraban muy separadas, rotadas hacia adelante y sin circunvoluciones. Vestía una camisa gris azulada, jersey gris, pantalón negro y zapatillas deportivas blancas. Todas las prendas eran varias tallas más grandes. En los bolsillos del pantalón había tres billetes de 5,000 pesetas doblados cuidadosamente, uno más de 1,000 pesetas y dos moneditas de 5 pesetas.
Tras la inspección ocular, la autoridad judicial ordenó el levantamiento del cadáver y su traslado al Departamento de Medicina Legal del Instituto Anatómico Forense.
El misterioso caminante
Relata Jiménez en su libro que el 29 de abril de 1996, Antolín Doval, Jefe del Gabinete Técnico de la Policía Nacional les muestra el expediente. Habían transcurrido ocho años y seguían sin tener ninguna pista que pudiera llevar a las autoridades a dar con la identidad del individuo. Menciona el periodista: “Doval, resignado, me confirma que jamás se han encontrado con un caso similar. Han hecho todo lo humana y técnicamente posible para lograr saber quién es el enigmático individuo…”
Además, el agente les mostró la necro reseña y les dijo: “Mandamos las huellas a toda la región gallega, con resultado negativo, y también se enviaron a la Central de la Policía de Madrid, arrojando el mismo resultado negativo.”
Según menciona Iker en su obra, en los documentos se podían observar los “pertinentes sellos de confidencial”. Resultaba extraño que aquel joven de aproximadamente veinte años no estaba registrado en ningún documento nacional. Además, tampoco figuraba en el Archivo Oficial de Desaparecidos. Pero aún más extraño resultaba que tras haberse publicado la fotografía en diversos medios de comunicación regionales y nacionales nadie reclamase aquel cuerpo.
Jiménez reproduce en su libro unas palabras que le dijo Doval: “En diversas ocasiones se ha participado en programas de televisión nacionales. Como consecuencia de uno de ellos tuvimos cuatro llamadas, procedían de Icod de los Vinos en Tenerife, de Ceuta, del barrio madrileño de Carabanchel y por último de Filgueira, una aldea cercana a Santiago. Eran personas que decían que podría tratarse de algún familiar desaparecido. Tras realizar un cotejo dactiloscópico con las fichas de estas personas comprobamos, lamentablemente para la identificación y afortunadamente para estas personas, que ninguna de ellas se correspondía”.
El inquietante rostro del caminante de Boisaca
Para añadir más interrogantes al asunto, se encontraba el inquietante rostro del misterioso joven. Según nos relata Jiménez en su obra “la cabeza era proporcionalmente voluminosa, poseía dentición completa con algunas piezas afiladas y salientes. Pero el dato que más llamó la atención de los especialistas fueron las orejas; las tenía absolutamente planas, rotadas hacia adelante y sin dibujo alguno en su interior”.
En el programa televisivo Cuarto Milenio número 17 de la temporada 1 emitido el 5 de marzo de 2006, se expuso el caso. En este aparece el Comisario Antolín aportando su testimonio, que con respecto al rostro del muchacho dice: “Nosotros cuando localizamos el cadáver, el cuerpo, pues estaba amputado y tenía…pues…múltiples mutilaciones y traumatismos, lógicamente estaba, francamente muy muy muy deformado. Efectivamente una de las cosas que más nos llamó la atención fue la deformidad de las orejas, especialmente en el lóbulo derecho que lo tenía deformado y digamos que bastante… adelantado… avanzado hacia… hacia… hacia adelante.”
Iker y Lorenzo Fernández pudieron ver las fotografías del expediente oficial, mismas que describe como crudas. Estas imágenes jamás habían sido mostradas al público hasta ese momento. Menciona en su libro que “oficialmente estaba absolutamente prohibido el reproducir aquellas imágenes del dossier secreto”. Sin embargo, el periodista consiguió en un momento determinado fotografiar los documentos.
Descartando hipótesis acerca del Caminante de Boisaca
Según comenta Iker Jiménez en su libro, consultaron con prestigiosos psiquiatras y doctores de Santiago. El periodista menciona que: “Su opinión fue unánime: los rasgos faciales y los pabellones auditivos sin marca alguna reflejaba primitivismo y oligofrenia propia de enfermos psíquicos profundos”.
La policía también había barajado esa hipótesis, así que buscaron en colegios de acogida y centros especializados en personas con deficiencias mentales de Galicia y del norte portugués. Pero la búsqueda volvió a ser infructuosa, así que se descartó esa hipótesis, como se había descartado la de que se tratase de un mendigo o indigente.
En el mencionado programa de Cuarto Milenio, el Comisario Doval menciona que: “El protocolo de actuación en este tipo de casos, la primera cosa que se hace pues, es una inspección ocular y seguidamente se hace pues es una necro reseña, esto quiere decir que se toman las huellas dactilares y luego después se comparan con todas las que tenemos aquí para poder identificar. En este caso concreto pues no encontramos, digamos que huellas de referencia y esa es la razón por la que hasta el momento no ha podido ser identificado”.
Además, señaló que “este caso se trabajó muy…muy…muy ampliamente, porque con la necro reseña que nosotros obtuvimos, la comparamos con todas las personas desaparecidas de…de descripción similar y…no encontramos…no encontramos…vamos, no fuimos capaces de identificarlo.”
Ante la falta de indicios, las Autoridades se vieron obligadas a solicitar ayuda excepcional a otros ficheros. Menciona el Comisario en el programa: “Hemos colaborado pues, a nivel nacional pues, con todas las Comisarías de toda España, a todo esto recuerdo que se nos enviaron huellas de Ceuta de Tenerife, de… de Cesures y a través de Interpol pues de… de… con las personas desaparecidas del norte de Portugal e incluso de Francia.”
Una extraña pista sobre el Caminante de Boisaca
Desafortunadamente las exhaustivas pesquisas llevadas a cabo por la Policía no arrojaron los frutos esperados. No había indicios, nadie le conocía, nadie reclamaba aquel cadáver y nadie parecía haberle visto llegar hasta el lugar del trágico accidente. Sin embargo, una vecina de la localidad afirmó verle. En su libro, Jiménez nos dice que María González, la testigo, “aseguró haber visto a un joven cerca de la vía sobre las cinco de la tarde… Era, según dijo, un muchacho joven que realizaba “como equilibrios” muy cerca de las vías. Al mostrarle las fotos “oficiales” para la búsqueda del cadáver, que por supuesto no eran las del momento del accidente, la buena señora no supo bien que decir.”
Muy cerca del lugar donde aconteció el accidente, aparecieron unos extraños círculos concéntricos hechos con pequeñas piedrecitas. Menciona el periodista que “estaban realizados con decenas de guijarros y guardaban una simetría perfecta”.
En el programa Cuarto Milenio anteriormente citado, el periodista Juan Jesús Vallejo entrevista a María González. Le pregunta que hacía el chaval en la vía, si quiso hablar con alguien o estaba solo, a lo que ella responde: “Nada, solo. Nada, dejó allí una bolsa, como de llevar… no sé si llevaba merienda, dejó las latas de lo que tomó allí e hizo la rueda con las piedras, nada más.”
Para algunos psicólogos aquellos círculos recordaban algunos ejercicios de procesos de aprendizaje que hacían pacientes con alguna discapacidad psíquica. Otra hipótesis que se barajó fue que pudiese tratarse de algún tipo de mensaje póstumo que la víctima había dejado antes del trágico suceso.
La tumba que albergaba al Caminante de Boisaca
Menciona Iker Jiménez en su libro que las pesquisas les llevaron a descubrir que el cadáver del joven fue enterrado en el Cementerio de Boisaca en Santiago. Menciona también que “casi nadie sabía el lugar exacto donde reposaban los restos”. El periodista relata que acudieron al Ayuntamiento de la ciudad y: “Tras agenciarnos la orden de entrada del cuerpo de un varón sin identificar fechada el 25 de mayo de 1988, y comprobar la anómala tardanza, cifrada en veinte días, existente entre la fecha del levantamiento del cadáver y su orden de enterramiento, supimos que la sepultura municipal de beneficencia de segunda clase número 7621 había sido la última morada del misterioso protagonista.”
Según el relato de Iker, en dependencias municipales se les informó que el cadáver había sido trasladado a la fosa común el 14 de septiembre de 1995. Esto sucedió tras prescribir el plazo asignado a sepulturas de este tipo. Afirma además que: “En las mismas páginas del registro, y como colofón a lo dictado sobre estos restos mortales, aparecía la rotunda frase: <<No se puede consultar>>, algo que ni el sorprendido funcionario de recias melenas que tan amablemente nos atendía logró comprender.”
Una vez en el cementerio Iker y su equipo se dieron a la tarea de buscar la misteriosa tumba y destaca que “tras un minucioso rastreo pudimos comprobar que se había perdido toda referencia acerca de la sepultura 7621.” No aparecía, pese a que sí figuraban la 7620 y la 7622, Menciona el periodista que con ayuda de un sepulturero lograron encontrar la pequeña parcela donde reposaban los restos del Caminante de Boisaca. “En aquel pedazo de tierra no había lápida, numeración ni señal que indicara que allí yacía un difunto.”
Años sin respuestas
Iker Jiménez en su libro expone que: “Según nos informó el enterrador, única persona que realiza los traslados en dicho camposanto desde hace más de treinta años, jamás se habían movido aquellos restos. ¿Por qué, entonces <<oficialmente>> el cuerpo ya no estaba en aquel lugar? ¿Quería alguien ocultar cualquier pista referente a un problemático cuerpo? Eran preguntas que anotamos al unísono en los respectivos cuadernos de campo pero que nadie supo o quiso respondernos.”
En el programa televisivo de Cuarto Milenio mencionado anteriormente aparece en entrevista el periodista de la Voz de Galicia Nacho Miras. El profesional expone que: “Supongo que si en el 88 se hubieran hecho registros de ADN, que yo estoy convencido que no se hicieron, pues hoy a lo mejor se podrían comparar con vecinos de la zona pero eso… eh…es… implica un proceso tan complicado, de tantas autorizaciones, de tanto tema judicial, que no creo que a nadie le interese abrirlo ¿no? Y el cadáver de Boisaca será para siempre un cadáver anónimo, estoy convencido de ello.”
Se barajaron una gran variedad de hipótesis, poco a poco todas fueron descartándose. Incluso, Jiménez llegó a poner sobre la mesa la posibilidad de que pudiese tratarse de un temponauta. Incluso en su libro hace alusión al famoso caso de Rudolf Fenz. Todo apuntaba a un caso que no tendría respuesta jamás. Sin embargo, poco después de la emisión de este programa, el misterio obtuvo una “respuesta”. Vamos a analizarlo.
Se devela identidad del Caminante de Boisaca
El 28 de septiembre de 2008 el periódico Madriddiario en su edición digital dedica un artículo a las personas desaparecidas. En habla expresamente del joven Óscar Ortega Vasalo. Según el diario, el chico de 22 años había salido de su casa en Casteldefels, Barcelona el 2 de Junio de 1988. En la fotografía que aporta el medio vemos la imagen del rostro del muchacho, pero los datos se ven difuminados.
Posteriormente, el 21 de Octubre del mismo año el rotativo anteriormente mencionado saca una nota en la que afirma que ha aparecido Óscar Ortega Vasalo. Según el medio, ha sido gracias a diversas pruebas de ADN que se ha descubierto que este joven era precisamente El Caminante de Boisaca.
Ese mismo día, el diario El Correo Gallego, se hace eco también de la misma noticia. Os adjunto los enlaces a las tres noticias anteriormente mencionadas:
https://www.madridiario.es/noticia/100650/social/un-dia-para-los-desaparecidos.html
No fueron los únicos, ya que otros medios digitales y blogs se hicieron eco de la noticia. Llama poderosamente la atención en la mayoría de ellos las fotografías que aportan. En ellas, algunas extraídas algunas, presuntamente de la web inter-sos, podemos ver el rostro del joven, pero sus datos están difuminados, no son legibles.
Conclusiones
Si leéis las notas con atención veréis que entre la investigación realizada por Iker y su equipo y esta “versión oficial” existen muchas discrepancias. Sin entrar en detalles, solamente realizaré una pregunta que resulta inevitable: ¿Cómo puede alguien que falleció el 5 de mayo de 1988 en Galicia dejar por su propio pie su casa en Barcelona el 2 de Junio del mismo año? Todo parece apuntar presuntamente a que quizás, solo quizás, a alguien le interesaba terminar con este asunto.
¿Por qué se cerró de esta manera tan abrupta? ¿Acaso el programa de Iker Jiménez removió algo que no debía ser removido? ¿Quién era este joven que caminaba a altas horas de la noche por las vías del tren? Lo más probable es que nunca conozcamos la identidad de ese pobre muchacho que perdió la vida de una forma tan espeluznante.
Me despido de todos vosotros esperando que este trabajo de investigación os haya gustado y os haya parecido interesante. Recordad que podéis seguirme en mis redes sociales y que estaré encantada de leer vuestras opiniones y comentarios. Os mando un fuerte abrazo a todos y que paséis un excelente fin de semana.