La Virgen del Cristal siempre ha estado envuelta en un halo de misterio, desde su aparición en Vilanova dos Infantes hasta el día en que fue sustraída.
Una historia de amor fallida
Fue por el año de 1630 cuando en el poblado de Vilanova dos Infantes había un gran castillo propiedad de Don Xácome Mascareñas. Para este hombre trabajaban Martiño, de 20 años y Rosiña de 16. Ella, tenía fama de ser la más bella del pueblo y era deseada por otros hombres, entre ellos el ruin Xan de Ventraces.
La rabia se apoderó de Ventraces, al enterarse de que Rosiña y Martiño se habían comprometido. Así que, sin pensarlo, se dedicó a esparcir falsos rumores acerca de la fidelidad y pureza de la joven. Un buen día, las habladurías llegaron a oídos de Martiño, quien tristemente creyó en las palabras envenenadas.
Esa misma jornada, el novio, ciego de dolor e ira pasó al lado de su prometida sin dirigirle la palabra y sin mirarla siquiera. La joven sorprendida ante la extraña conducta del mozo le preguntó que le ocurría. Él, sin reparos, le recriminó su infidelidad, ella trató de defenderse, pero Martiño no le creyó. Rosiña, muy triste y disgustada, simplemente le dijo: ¡Cristal nunca viste que a mí se igualara! Y con esta frase quedó roto el compromiso.
Triste y desconsolada la joven regresó al castillo y Martiño quedó pensativo acerca de su conducta y comenzó a dudar de lo que había escuchado. Inmerso en un mar de dudas juró que si Rosiña era inocente, él mismo le haría pagar a Xan de Ventraces sus mentiras.
El cielo se manifiesta y aparece la Virgen del Cristal
Unos días después, Martiño fue a trabajar al monte y de repente una gran tormenta empezó a caer. El mozo busco refugio en el tronco hueco de un castaño, pero en ese momento, el cielo se abrió de repente y se escuchó un gran trueno. Un relámpago cayó sobre el viejo árbol lanzando a Martiño a una escasa distancia del tronco que ardía en llamas.
En cuanto se levanto, el joven vio en la tierra un pequeño objeto que brillaba. Se trataba de un cristal en cuyo interior se hallaba la imagen de la Santísima Madre de Dios. Quizás era una prueba de la pureza y virtud de Rosiña que el cielo le enviaba, pero el joven no lo comprendió. Creyendo que se trataba de una burla arrojó la imagen al suelo y se marchó.
Días después, Rosiña acudió al mismo lugar donde había estado Martiño durante la tormenta. Mientras el ganado pastaba tranquilo, ella hilaba un copo de lino recordando con tristeza como sus amores con el mozo habían quedado rotos. En medio de sus pensamientos, con el rostro bañado en lágrimas, bajó la mirada al suelo y encontró la pequeña imagen que parecía sonreírle.
Rosiña, rápidamente fue a mostrarle la talla al señor abad y le contó la manera en la que su compromiso con Martiño se había roto. El religioso le aseguró que la aparición de la imagen de la Virgen era un milagro y le prometió que hablaría con el señor obispo para preguntarle lo que debían hacer.
El abad estaba convencido de que aquello era un llamado del Señor y de la Virgen a Rosiña para que se entregara a la vida religiosa. También creía que se debía fundar en aquel lugar una capilla en honor a la Madre de Dios.
Llega la venganza
Rápidamente el suceso corrió de boca en boca; al enterarse Martiño, desesperado, corrió en busca del perdón de Rosiña. Más fue en vano, ya que ella había tomado la decisión de entregar su vida al servicio de Nuestro Señor, ingresando en el convento de Allariz.
Ciego de ira corrió en busca de Xan de Ventraces para consagrar su venganza y lo retó a duelo. A la mañana siguiente, en el monte de Soutoverde, apareció una lengua clavada en una estaca y a poca distancia Xan de Ventraces. El hombre estaba exánime por toda la sangre que había perdido al arrancarle la lengua y nunca pudo acusar a quien le arrebató aquel órgano.
Martiño se marchó a vivir a una vieja casucha que había frente al convento. Su único anhelo era poder contemplar aunque sea un instante al día el bello rostro de Rosiña. Con el transcurrir del tiempo, el mozo fue desvaneciéndose, enfermando, ya solamente quedaba de él su sombra. Una fría noche del mes de Diciembre, mirando hacia el ventanuco que creía era el de la celda de Rosiña, cayó al suelo. Como lecho mortuorio una fría capa de nieve y a modo de mortaja los copitos de nieve caían lentamente sobre el cuerpo sin vida del pobre Martiño.
La irrepetible Virgen del Cristal
La leyenda que os he relatado, es la que el escritor gallego Curros Enríquez cuenta a través de su famoso poema La Virgen del Cristal. Otra versión la plasma el jesuita Juan de Villafañe en una obra escrita en 1740. La historia dice que fue un labrador quien la encontró mientras trabajaba y decide guardarla en un bolsillo. El peso de la imagen fue haciéndose cada vez mayor y ya no pudiendo con él, decide dejar la imagen donde la había encontrado.
Al día siguiente, una joven que pasó por aquel lugar, la encontró y la llevó al párroco de la villa, Xan Barros. El sacerdote, inmediatamente entregó la talla al obispo Antonio Paino para consultarle su naturaleza. Así fue como, con el consentimiento del prelado, la Virgen del Cristal comenzó a venerarse en la comarca.
La pequeña talla mide aproximadamente cuatro centímetros de altura, siendo la segunda más pequeña del mundo, después de la Virgen de Letanías de Bolivia. La imagen se encuentra dentro de una esfera de cristal en la que no se aprecian juntas ni fisuras y porta el manto azul de la inmaculada.
Tras su aparición, su fama se extendió tan rápidamente que llegó hasta el rey Felipe IV, quien ordenó que fuese trasladada a la corte. Una vez allí, solicitó a un grupo de expertos que la estudiasen con detenimiento. Todos llegaron a la conclusión de que la manera en la que se había creado, sin fisuras ni juntas era imposible para el ser humano. Con lo cual quedó expuesto que la naturaleza de aquella imagen era de origen divino. Tras este análisis se devolvió a su capilla y su fama y veneración se extendió.
La milagrosa Virgen del Cristal
A “la pequeniña” (la pequeñita) como cariñosamente la llaman los feligreses se le atribuyen muchos milagros. Uno de ellos es el haber salvado a un pastorcillo de ahogarse cuando se atragantó con la lengüeta de su flauta. Se dice también, que la Virgen devolvió la movilidad a hombre que tenía parálisis de piernas y brazos.
Otro milagro que se le atribuye es el de haber devuelto la vista a un ciego. El hombre, al pasar a servir al rey en batallas en Italia y otros lugares la volvió a perder. Quizás no era aquello lo que Dios esperaba de este hombre.
Son muchos testigos que afirman que la Virgen ha concedido fecundidad a parejas que no les era posible tener hijos. Se cuenta que un caballero de Ourense visitó la capilla y prometió costear el Altar Mayor si la Madre de Dios le obsequiaba un hijo. Antes de transcurrido un año, el caballero fue bendecido con una hija y el hombre cumplió su promesa.
En un principio la fiesta en su honor se llevaba a cabo el 25 de marzo, hasta que una terrible epidemia de cólera azotó la región. En medio de la tragedia, un 15 de septiembre, la Virgen fue sacada en procesión. Se cuenta que al pasar en frente del hospital, los enfermos milagrosamente comenzaron a recuperar la salud. Todos los que habían estado en cama, se levantaron hacia la ventana a ver pasar a Nuestra Señora y agradecer de corazón su santa intervención.
A partir de ese día, su fiesta pasó a celebrarse todos los días 15 de septiembre. Los fieles cuentan que en el momento de la procesión, cuando A Pequeniña pasaba enfrente del hospital su manto se tornaba negro. Una señal de luto y recuerdo por todos aquellos que murieron víctimas de la epidemia.
La Virgen del Cristal es robada
Tristemente, la imagen original fue sustraída en marzo de 2015, y el párroco Don Adolfo Enríquez Méndez, de 77 años, fue asesinado. Este hombre había sido el sacerdote de Vilanova dos Infantes desde 1969 y el custodio de la Virgen del Cristal.
El cadáver del párroco fue hallado en el pajar de la casa rectoral de Vilanova. Estaba tendido boca abajo, con sangre en la boca y un golpe en la cara. El hombre vivía con un perro que fue hallado encerrado bajo llave en la casa. Todas las estancias estaban desordenadas, no se sabe con exactitud lo que los criminales se llevaron. Solamente se tiene la certeza de que fue sustraída la Santa imagen.
El caso se encuentra en el limbo y los dos únicos sospechosos del crimen están en libertad por falta de pruebas. Se trata de Elvir Fehratovic de 37 años y su sobrino Arsen Fehratovic de 30, ambos de nacionalidad croata. Un vecino del pueblo afirma que los vio en un golf negro un día antes de que apareciera el cadáver.
Actualmente La Virgen del Cristal se encuentra en paradero desconocido y el crimen sigue siendo un misterio. Son muchas las hipótesis que se barajan, pero ninguna es concluyente.
Un cura bueno
Don Adolfo era muy querido por sus feligreses, quienes afirman que este hombre era un santo. Según los testigos era un hombre que tenía la facilidad de desprenderse de todo a favor de los más necesitados. Los vecinos lo recuerdan como un hombre dócil, bueno y servicial que nunca se negaba a prestar auxilio a sus semejantes.
El nuevo párroco de la localidad, Don Antonio Gómez, quien también era amigo personal de Don Adolfo dice que: “lo suyo era algo extraordinario. Siempre daba sin pedir nada a cambio, dispuesto siempre para los vecinos. Varias semanas antes de fallecer, me pidió 700 euros para dejarle a una persona. Antes de que lo mataran me los devolvió”.
Tras estos terribles sucesos, toda la comarca quedó sumida en una profunda tristeza. No solo les habían arrebatado la imagen de Nuestra Señora, sino que también les arrebataron a un ser amado. Quizás algún día pueda resolverse el crimen y A Pequeniña pueda volver al lado de sus amados feligreses. Lo que es seguro, es que Don Adolfo, ahora ya contempla de cerca a Nuestra Señora y es muy feliz en su compañía y desde el cielo vela por sus feligreses.
En busca de una réplica
Tras el crimen y el hurto, se ha tratado de crear una réplica, a falta de la auténtica, pero los esfuerzos habían sido en vano. Don Antonio llegó a afirmar que: “hemos ido preguntando por todas partes. He buscado expertos hasta en Milán. Pero nadie sabe cómo hacerlo”.
Meses después del crimen, el artista granadino Manuel Granaí, presentó en Vilanova una réplica para que pudiera realizarse la procesión anual del 15 de septiembre. Pero aún así la imagen no ha quedado exactamente igual.
El artesano afirmó que tuvo que elaborar la figura en resina porque en cristal, como estaba hecha la original, era imposible. ¿Cómo es posible que en el siglo XXI sea imposible realizar una figura como A Pequeniña? ¿Cómo fue entonces que la elaboraron hace siglos? Eso siempre será un misterio y una confirmación de que la Virgen del Cristal provenía del cielo.