La India es un país lleno de maravillas y misterios. Uno de los enigmas de este bello país es la construcción del Templo de Kailasa. Dedicado al dios hindú Shiva fue construido con una técnica nunca antes vista en ningún lugar del mundo.
Ubicado en el estado de Maharashtra, el templo mide 30 metros de altura, 33 metros de ancho y 52 metros de profundidad. Forma parte de un conjunto de 34 monasterios y templos situados en las grutas de Ellora. Se encuentra alineado con los cuatro puntos cardinales y su entrada apunta hacia el oeste.
Se piensa que el Templo de Kailasa fue tallado en el año 300 a.C., y fue construido desde arriba, es decir empezaron por el tejado. Muchos expertos consideran que para lograr esta colosal construcción fue necesario remover 400,000 toneladas de roca volcánica y que su construcción tardó tan solo 18 años.
Ahora bien, si los constructores tardaron tan solo 18 años utilizando herramientas básicas como cinceles y martillos, la construcción adquiere un cariz de imposible. Suponiendo que los arquitectos trabajasen 12 horas sin descanso durante 18 años, significa que debían remover cinco toneladas de roca cada hora. Una proeza de esta magnitud es aún imposible en nuestra época con la tecnología con la que contamos. De haberlo conseguido ¿qué hicieron con toda esa piedra restante, puesto que no hay evidencia de rocas apiladas en las cercanías o de construcción de otras estructuras?
En los antiguos libros sagrados de la India como el Mahbarata, Ramayana y Purunas, se hace mención a una extraña herramienta de nombre Brahmastra. Según los textos, se trata de una poderosa arma que es capaz de vaporizar la piedra. ¿Utilizaron los antiguos pobladores de estas tierras una herramienta semejante? Si la utilizaron, ¿de dónde la obtuvieron o quién se las otorgó?