Gracias a la excavación de un pozo que llevaban a cabo unos campesinos, pudo descubrirse la tumba del primer emperador de China. Esta se encuentra custodiada por ocho mil guerreros de terracota.
El increíble hallazgo de los guerreros de terracota
En la primavera de 1974, un grupo de campesinos realizo un descubrimiento notable. Aquellos hombres se encontraban excavando un pozo en la provincia de Shaanxi, cerca de la ciudad de Xi’an. El hallazgo ocurrió el quinto día de trabajo, cuando habían alcanzado la profundidad de cuatro metros, tropezaron con lo que parecía un trozo de terracota. Lo que hallaron, en un primer momento parecía un objeto similar a un jarro y unos cuantos ladrillos.
Pero en realidad, los campesinos habían encontrado la figura de un guerrero con su armadura, que llevaba un arco y flechas de bronce. Al continuar con las excavaciones siguieron apareciendo más guerreros de terracota, casi ocho mil. Sin duda se trataba del descubrimiento arqueológico más importante del siglo XX.
Según Yuang Junpeng, uno de los campesinos protagonistas del hallazgo, “los guerreros ya habían sido vistos por los antiguos aldeanos, cuando estos eran niños, porque sus padres los habían desenterrado por azar”. En aquella época el descubrimiento no se hizo público, debido a que aquellas personas consideraban que este tipo de hallazgos significaban un mal augurio. Por esta razón los destruían o los volvían a enterrar.
Un ejército de guerreros de terracota
El ejército de guerreros ha sido calificado como “la octava maravilla del mundo”. Hablamos de ocho mil figuras de terracota a escala real, aunque algunos miden dos metros. Los guerreros están uniformados y es posible deducir el rango militar de cada uno. Se pueden encontrar desde simples soldados hasta generales.
Se trata sin duda, de una agrupación militar muy bien ordenada y calculada concienzudamente. Además los guerreros están acompañados por figuras de caballos de terracota y carruajes hechos de bronce. Cada uno de estos soldados estaba armado y cuidadosamente pintado, aunque la pintura se ha ido desvaneciendo con el paso del tiempo y el contacto con el medio.
Los guerreros de terracota están repartidos en tres fosas, aunque se sabe de la existencia de al menos, una más. Para que os hagáis una idea de la magnitud del descubrimiento, os diré que la fosa uno, la más grande mide 330 metros de largo y 62 de ancho. Una obra titánica realizada hace 2200 años y que forma parte del sepulcro del emperador chino Qin Shi Huang.
Los carros que están en el sepulcro, tienen la mitad de las dimensiones reales y simbolizan a los carruajes que transportarían el alma del emperador hacia el otro mundo. Para crear estos vehículos se utilizaron complejos procesos. Según algunos expertos, imitar estos procedimientos en la actualidad resultaría muy difícil o casi imposible.
Guerreros únicos
Lo más sorprendente de estos guerreros es que no existen dos rostros iguales, no se utilizaron moldes para su elaboración y están dotados de expresividad. Sus gestos son amenazantes, una silenciosa invitación al visitante a marcharse del lugar. Las posiciones que mantienen dan la apariencia de encontrarse listos para iniciar el combate. Cada uno de los soldados portaba un arma real, como arcos, lanzas o espadas, mismas que fueron colocadas en otras dependencias.
Sin embargo, uno de estos guerreros llama poderosamente la atención, puesto que su rostro está pintado de verde. Se desconoce cuál puede ser la razón para haberlo dotado de ese color. Algunos especulan que pudo tratarse de un error del artesano que lo creo. Sin embargo otros creen que es la representación de un extranjero llegado a la corte de Qin Shi Huang.
El mausoleo
Qin Shi Huang fue el emperador que consiguió unificar China, pero también fue despiadado y cruel con su pueblo. La mayor obsesión de este hombre era alcanzar la inmortalidad y durante su vida trató de conseguir su objetivo.
Para el gobernante, este ejército de ultratumba tenía el objetivo de proteger algo muy preciado. Esto se puede deducir porque las fosas fueron diseñadas como fortalezas herméticas. El mausoleo donde reposan los restos de Qin Shi, está ubicado dentro de un montículo piramidal de 76 metros de altura, 345 metros de ancho y 350 metros de largo.
Aún no ha sido posible acceder al sepulcro, debido al temor de que al realizar excavaciones pueda desplomarse y de caer en una de las trampas mortales de las que está repleto el recinto. Se tiene una idea de lo que hay en su interior gracias a los escritos del historiador Sima Qian.
Según los textos del erudito, el sepulcro está cubierto con una cúpula de cobre que representa las constelaciones. También explica que existe una reproducción de lo que fue su reino, atravesado por ríos artificiales de mercurio, que se mantendrían en movimiento gracias a sofisticados mecanismos.
Separados de las cámaras, en un pasillo, se encuentran los cuerpos de aquellos que levantaron esta colosal obra. Fueron enterrados vivos, por orden del emperador para que no revelasen lo que había en el interior del sepulcro.
Tras la muerte y el enterramiento de Qin Shi Huang, su hijo, Qin Erh Huang, determinó que las concubinas de su padre fuesen emparedadas vivas en el sepulcro. También decidió sacrificar a los animales que formaban parte del zoo del emperador y fuesen sepultados junto a él.
Hasta el momento, solo se puede conocer esta pequeña parte del monumental recinto y solamente resta esperar a que sea posible acceder a su interior y conocer los misterios que allí se ocultan. Espero os haya gustado mi artículo. Vosotros ¿qué pensáis acerca de este sepulcro? Dejadme vuestra opinión en la cajita de comentarios. Un saludo amigos.